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“Pides auxilio, lloras, clamas por tu vida, pero nadie te escucha”. Las secuelas que deja la pésima organización del Astroworld

La estampida que provocó la sofocación y el tumulto en un festival musical en Houston empezó horas antes en los conciertos previos al del cantante Scott Travis.

21 enero, 2022 | Por: idea180

OPINIÓN

Tiene 18 años y cursa el primer semestre en un centro superior de Houston. Se queja, porque duerme mal; en las noches, se levanta exhausta porque siente que perderá el aliento. Con la mirada clavada hacia una pared, se toca el pecho y desliza la mano hacia la garganta. Suspira.

Una de sus piernas presenta moretones e hinchazones. No prende la televisión y evita las redes sociales. Es simple: cada vez que hablan o aparecen imágenes del festival Astroworld, ella revive el caos de la estampida humana donde pensó que su existencia se apagaría.

—Es extraño, porque, ante la desesperación, gritas, pides auxilio, lloras, clamas por tu vida, pero se te van yendo las fuerzas, crees que ese es el final y te preparas para lo peor. Los segundos son eternos. No puedes moverte ni pedir permiso para pasar. Lo único que haces es colocar los brazos pegados al pecho para protegerte.

Vista general del festival musical Astroworld en el NRG PArk en Houston el 5 de noviembre, 2021. Foto: Rick Kern/Getty Images

Con el ritmo cardiaco acelerado, sientes la sudoración y las lágrimas que caen por las mejillas como diminutos pedazos de hielo que aumentan la sensación de ansiedad. Todos gritan “auxilio” mil veces, pero nadie escucha, dice. Las bocinas que retumbaban sin cesar opacan los alaridos de dolor, los clamores de socorro.

La percepción, indica, es que todos, al mismo tiempo, van aplastándose lentamente como sardinas enlatadas. No hay movimientos individuales, porque no hay manera de hacerlos. Todos los atrapados se convierten en parte de una ola humana que se mueve en conjunto hacia los lados, milimétricamente, como en el desplazamiento transversal de un barco en giros oscilatorios.

—No puedes alcanzar el celular, porque no hay espacio ni manera de hacerlo, o lo dejas en tu bolsillo o lo darás por perdido si es que logras alcanzarlo.Want to get more out of your subscription?Upgrade to get access to exclusive benefits.Upgrade

Los más fuertes, los más altos, tienen ventaja. Se aventuran entre la marea de gente usando la fuerza, samaqueando al resto, separándolos para poder pasar, ya sea para acercarse al estrado o alejarse de él. La aglutinación es tal que hasta parece que no existe la gravedad, como si flotaran entre cuerpos agobiados, con el corazón estremeciéndose, perdiendo la cordura. Cuando logran agachar la cabeza por el cansancio, avizoran pies descalzos, magullados. Pisan zapatos sueltos, billeteras, vasos descartables, de todo. Los de menor estatura no corren con la misma suerte.

Parte del altar en honor a los muertos y heridos que dejó el festival musical Astroworld en Houston. Foto: Brandon Bell/Getty Images

—Mi idea era tratar de virar el cuerpo para caer de costado, no de espaldas o de frente. Pensé que así me levantaría más rápido, evitaría la estampida y no moriría pisoteada, asfixiada. Pero cuando sentía que lo había dado todo, que sería el fin, que moriría, pude mover uno de mis brazos, hacerme paso e intentar salir, poco a poco, segundo a segundo. Pasé casi 30 minutos así.

El mismo calvario lo revive en tres oportunidades durante la misma presentación. Cuando logra por fin evadir el tumulto, se siente aliviada, cansada, fatigada. No siente los pies, pero sí dolor en el cuerpo, en el alma. Avanza con dificultad. El concierto del cantante Don Toliver ha terminado.

El cantante Don Toliver durante el concierto en el NGR PArk en Houston el 5 de noviembre, 2021. Foto: Erika Goldring/WireImage

Mientras la multitud se esparce, ella busca sentarse, beber algo, pero la única toma de agua cerca no sirve. Se sienta, llama a su amiga, con la que había ido al festival, pero que perdió en el barullo. Se encuentran, lloran, se entera una de lo que le pasó a la otra. Sus historias son similares.

Se quedan sentadas por dos horas a esperar que inicie el evento estelar con el rapero Travis Scott. Miran el concierto de lejos, no se atreven ya a adentrarse entre la abundancia de cuerpos alborozados que dejaría nueve muertos y cientos de heridos.

—Todos hablan de ese concierto, el de Travis, pero no de que el desorden empezó muchas horas antes. Pienso en esos instantes, me parte el alma, no me deja en paz, pero más en las personas que murieron. Solo quiero ir a dejar flores y honrar a los que se fueron.

LOS QUE SE FUERON

Ezra Blount (9 años), John Hilgert (14), Brianna Rodríguez (16), Jacob Jurinek (20), Franco Patiño (21), Axel Acosta (21), Bharti Shahani (22), Rudy Peña (23), Madison Dubiski (23), Danish Baig (27).

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