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Foto tomada por Efrén Guadamud

Regresó al estacionamiento y encontró una nota con un mensaje discriminatorio: Hey, ‘wetback’… go back to Mexico!

Cuando terminó de leerla, miró a todos lados, a ver si intentaba ver al autor de la nota. Pensó que el que escribió el mensaje se tendría que haber percatado de su aspecto físico. Sintió indignación.

27 septiembre, 2021 | Por: idea180

Efrén Guadamud, de 37 años, ya había terminado su jornada laboral cuando decidió salir a comprar carne para un asado que le prepararía a su esposa e hija, ambas diagnosticadas en los días previos con COVID-19.

“Mi esposa se sentía decaída. Entonces, para reanimarla, le sugerí que prepararía lo que ella me pida”, explica Guadamud.

Así, cuando llegó al lugar, aparcó su auto en uno de los espacios vacíos que encontró en el estacionamiento del supermercado en Katy (Texas). Entró a la sección de carnes, pagó y salió.

“Me habré demorado entre 7 a 10 minutos a lo mucho”, recuerda.

Cuando regresó a su auto, encontró una hoja de papel doblada que había sido colocada en el borde del vidrio de la puerta del conductor.

Decía en inglés: “Oye, mojado, este espacio es para los padres que tienen hijos. ¡Regresa a México!”

Cuando terminó de leerla, miró a todos lados, a ver si intentaba ver al autor de la nota. Pensó que el que escribió el mensaje se tendría que haber percatado de su aspecto físico. Sintió indignación.

Puso la nota en su carro, llegó a su casa, preparó la carne a la parrilla para su familia y por la noche subió un mensaje a Nextdoor, una aplicación que sirve como red de vecinos para intercambiar información y servicios.

“Es triste. Esto fue lo que encontré hoy en mi carro en el H-E-B. Es triste que alguien me llame wetback (mojado) solo por el color de mi cabello o de mi piel. Paren el racismo”, escribió junto a la foto que tomó de la nota.

EL DEBATE

El mensaje tuvo eco entre los vecinos de esa red. Desde “siento mucho que hayas pasado ese mal rato”, “no les hagas caso”, “fuerzas”, “increíblemente detestable”, “eres mejor persona que el ruin que escribió eso” hasta “pide las imágenes de las cámaras de seguridad” y “denuncia el hecho a la policía”.

Capturas de pantalla de los mensajes que algunos usuarios dejaron en respuesta al incidente reportado por Efrén Guadamud vía Nexdoor. Gráfica: La Esquina

El debate también se centró en si en realidad Efrén había estacionado su coche en un lugar reservado para padres con hijos pequeños.

Yo llegué y vi los estacionamientos disponibles, y sí, tenía un letrero pero no había letras, y como sabía que no iba a hacer las compras de toda la semana, sino que iba a comprar algo en específico, me estacioné”, dice. “Fui a lo que fui”, remarca.

Uno de los seis espacios reservados para padres con niños pequeños en un supermercado de Katy (Texas), donde se estacionó Efrén Guadamud. Foto: José Luis Castillo

El estacionamiento de ese centro comercial tiene seis espacios reservados con letreros y una señalización que dice “estacionamiento para clientes con hijos pequeños” que casi son ininteligibles a simple vista, debido al deterioro que causan las altas temperaturas.

La Esquina solicitó a la gerencia corporativa de la cadena de supermercados si es que tenía conocimiento del incidente y si tiene algún plan para reemplazar o mejorar la visibilidad de los carteles en esos espacios reservados. Aún no hemos recibido respuesta.

INMIGRANTE Y CIUDADANO

Guadamud, de Ecuador, llegó a Estados Unidos en 2013 con residencia permanente. En 2019 se convirtió en ciudadano estadounidense. Trabaja como representante de rutas y ventas para una empresa dedicada a lavar y entregar ropa hospitalaria.

Efrén Guadamud

Primero vivió en el Área de la Bahía, en California, y desde que se casó empezó a buscar alternativas para mudarse a una ciudad donde el costo de vida sea adecuado para vivir cómodamente con su familia.

Había pensado en mudarse a Sacramento (California), pero alguien le recomendó lo barato que podía ser vivir en Texas. Revisó si existían puestos de trabajo disponibles con su empresa y, cuando se enteró que había algunas plazas, solicitó su traslado. Llegó al área de Houston hace poco más de dos años. En enero de este año, compró una casa nueva en Katy, al oeste de Houston.

¿CRIMEN DE ODIO?

Más allá del enfado que le causó ser el destinatario de un mensaje discriminatorio y racista, Guadamud pensó que denunciar lo sucedido a la policía podría ayudar a que a no le pase lo mismo a otro inmigrante.

“Quizás puedan encontrar rastros de las huellas dactilares en el papel del mensaje”, pensó.

Reportó el incidente dos semanas después con el Departamento de Policía de Katy. Como se trataba de un hecho aislado, de una nota anónima y de un episodio que no llegó a tener mayores consecuencias, le informaron que no calificaba como un delito ni como un crimen de odio o de acoso.

Solo le quedó una alternativa: dejar constancia del hecho.

Reporte efectuado al Departamento de Policía de Katy. Foto: Cortesía Efrén Guadamud.

Según Dena Marks, directora asociada con la Liga Antidifamación en Houston (ADL, en inglés), los casos donde suelen ocurrir insultos verbales o escritos, como la nota hallada por Guadamud, “no califica, lamentablemente, como crimen de odio” y, por lo tanto, no puede formar parte de un proceso judicial.

“Se necesita un elemento criminal adicional al incidente, porque la ley no sanciona a las personas por sus creencias religiosas o por insultar a otra persona por su color de piel”, agrega Marks.

Guadamud espera que la queja presentada ante las autoridades policiales pueda servir de algo y que no le suceda a algún otro inmigrante el acontecimiento que vivió el pasado 7 de septiembre.

“Ser indocumentado no es un crimen. Es hora de detener el odio”, sostiene Guadamud.

Cifras de los casos reportados como crímenes de odio en la última década por el Departamento de Policía de Houston (Gráfico: La Esquina)

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