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Hunstville, sumido entre la historia republicana de Texas y las ejecuciones a muerte

En esta ciudad se encuentra la Penitencia Estatal de Huntsville, la instalación carcelaria de más antigüedad en el estado. Aloja la cámara para las ejecuciones de los sentenciados a muerte.

10 octubre, 2022 | Por: laesquina@laesquinatx.com

La ciudad de Huntsville atrae a decenas de miles de turistas cada año no solo por su vínculo con el fundador y presidente de la República de Texas, sino también por ser el lugar donde se llevan a cabo las ejecuciones de los condenados a muerte.

Ubicada a 70 millas al norte de Houston y fundada en 1836, Huntsville les da la bienvenida a los visitantes con una estatua de casi 70 pies (21 metros) de altura con la figura de Samuel Houston, quien lideró la batalla de San Jacinto en 1836, la cual terminó con la captura del presidente mexicano Antonio López de Santa Ana.

El monumento, ubicado a la orilla de la carretera I-45, es el segundo más visitado en su clase después de la Estatua de la Libertad en Nueva York.

Réplica de una celda común para dos reos en el sistema de cárceles de Texas ubicada en el Museo de Prisiones de Texas. /Foto por José Luis Castillo

Pero la fama de esta ciudad ha acaparado también la atención pública por ser el centro neurálgico del sistema carcelario de este estado, además de haberse llevado a cabo el mayor número de ejecuciones en EE. UU.

De acuerdo con el Departamento de Justicia Criminal de Texas (TDCJ, en inglés), hasta el 25 de septiembre de 2022 se han llevado a cabo un total de 575 ejecuciones de reos condenados que esperaban en el llamado “Corredor de la muerte” desde que se instauró ese castigo en 1982.

Huntsville, ubicada a 70 millas (110 kilómetros) al norte de Houston (Texas), fue fundada en 1836. La gran mayoría de sus habitantes trabaja en el sistema carcelario de Texas cuyo centro neurálgico se ubica en esa ciudad. / Foto por José luis Castillo

En Huntsville hay cinco cárceles en el centro de la ciudad que alojan a más de 9.000 reos. En las afueras hay otros cuatro centros penitenciarios con el mismo número promedio de prisioneros.

Jim Willet, de 71, trabajó en el TDCJ y durante sus 30 años de servicio tuvo la oportunidad de presenciar un total de 89 ejecuciones, un récord superado únicamente por Charles O’Reilly, otro funcionario que vio morir a 137 reos en un periodo de seis años (2004-2010).

—Llegué en 1971 a estudiar en lo que ahora es la Universidad Sam Houston y para mantenerme conseguí trabajo en una de las prisiones. Cuando me gradúe, ya me sentía cómodo con mi labor así que decidí quedarme. Solo en el 2000 me tocó supervisar 40 ejecuciones, cuando el promedio no supera las 20 a 25 al año. En muchos casos, los prisioneros a punto de ser ejecutados se arrepienten de sus pecados, se entregan a sus creencias religiosas, pero también me ha tocado unos sin ningún remordimiento.

Cámara de la muerte con la camilla donde se aplica la inyección letal al condenado a muerte ubicado dentro de la cárcel “Unidad Huntsville” en la ciudad de Huntsville, en el norte de Houston (Texas). / Cortesía TCDJ

Willet inició su carrera en la “Unidad Huntsville” o “Walls Unit”, la primera en su clase fundada en 1849 exclusiva para reos anglos. Los prisioneros negros eran ejecutados bajo otro método: castigo físico primero y luego la horca.

Quizás el episodio más recordado en la historia del “Walls Unit” fue el protagonizado en 1974 por tres reos de origen hispano: Fred Carrasco, Ignacio Cuevas y Rudy Domínguez mantuvieron a varias personas como rehenes por espacio de 11 días. Todo terminó cuando intentaron escapar con un saldo de dos rehenes muertos. Solo Cuevas sobrevivió al ataque y fue ejecutado en esa misma cárcel en 1995.

Aunque en la cárcel de Huntsville se realizan las ejecuciones hasta el día de hoy, los condenados que esperan en el “Pabellón de la muerte” no se encuentran alojados allí, solo están los que fueron trasladados a esa cárcel para cumplir la última porción de su sentencia.

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