
La madre acusada de dejar a su hija en un hospital de Miami sufría de ansiedad y vivía casi en la indigencia
“Ese día no tenía dónde dormir, no había comido bien por días”, cuenta Carolina Vizcarra en exclusiva a La Esquina.
SEGUNDA PARTE (Lee la primera parte aquí)
—¿Qué es lo que pasó? ¿Cuál es tu versión?
—A mí me ponen como que yo soy peligrosa, inestable, incapaz, cuando en realidad me han estado cargando de muchas cosas. Encima, soy una mujer sola.
Vizcarra insiste en que los medios solo han magnificado lo que han recibido de las autoridades, pero no han analizado las consecuencias de las decisiones que tiene que tomar una madre soltera cuando experimenta una situación vulnerable. Dice que por su situación migratoria no ha podido recibir beneficios médicos ni sociales, y cuando ha buscado ayuda siempre ha sido parcial, ya que no cuenta con un número de seguro social.
—Ese día no tenía dónde dormir, no había comido bien por días. Me acerco al guardia de seguridad y a una enfermera (en el hospital Ventura) y le digo eso, que si me pueden ayudar con ella porque yo necesito ir al baño. Yo me estaba sintiendo como con en un ataque de ansiedad, no podía respirar bien.
—¿Pero fuiste al baño o no?
—Fui de paso, pero después pensé, voy a ir al Consulado de México a pedir ayuda porque ya van muchas veces que me niegan medicinas, como aquella vez que me cayó cloro en el oído (trabaja limpiando casas y utiliza químicos) o cuando me lastimé la rodilla.
Vizcarra asegura que ese día, el 12 de octubre de 2021, se reúne con una funcionaria en el Consulado de México en Miami a quien le cuenta lo sucedido con su hija. Cuando ella regresa al hospital dos o tres horas más tarde, los de seguridad le avisan que tiene prohibido ver a su hija. Al parecer, las autoridades ya habían localizado a la abuela paterna y a la madre de los hermanastros.
—Entonces, llega un policía y me dice “sí, tenemos a tu hija y te la vamos a devolver”, y luego me marca otra policía mujer que me dice “sí, acá tengo yo ya a tu hija”. Eran las 5 o 6 la tarde más o menos y me llevan a la comisaria a interrogarme por varias horas. Yo estaba tranquila a pesar de que estaba menstruando y no tenía ni siquiera íntimas (toallas sanitarias) en ese momento. Me sentía muy mal, física y emocionalmente. Pero guardé la compostura.
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Luego de la separación con su expareja, Vizcarra decide que era el momento de regresar a México, donde vive toda su familia. Sin embargo, se dio cuenta de que iba a ser difícil porque necesitaría el permiso legal del padre de su hija y el consentimiento de la corte porque, en ese momento, ambos padres compartían la custodia de la menor. Así que tramita la documentación para obtener la custodia completa en el Condado Miami-Dade el 11 de mayo de 2021.

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Vizcarra cuenta que debido a su menstruación llena de sangre el asiento en el interrogatorio. Solo le dan unos pañuelos de papel Kleenex. En un momento, cuenta, se tira al piso por el dolor que sentía.
—Pero todo el tiempo pensaba en mi hija y que le debo estar haciendo mucha falta.
Una detective le pregunta qué le gusta hacer, cuáles son sus pasatiempos, qué ha estudiado, hasta que escucha la frase aquella “lo que digas será usado en tu contra” y más.
—Allí es cuando pido un abogado de oficio.
Llega otro detective que le hace creer “que es mi amigo, que está de mi lado, que todo se va a solucionar”, pero luego empieza a cuestionarla con preguntas certeras como: ¿qué hora es?, ¿qué fecha es hoy?, ¿quién es el presidente?
—Pensé, entonces ellos quieren hacerme ver que estoy loca.
Le ponen las esposas y la arrestan. Se entera, al día siguiente, el 13 de octubre, que ha perdido la custodia de su hija.
—Me doy cuenta de que tengo menos derechos que antes.
—¿Dónde está el papá de la niña?
—En la cárcel.
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