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Un comerciante originario de Guatemala sostiene uno de los productos que vende en el Azteca Farmers Market de Houston (Texas). /📷 José Luis Castillo

El inusual y colorido mercado en Houston que impulsa al hispano promedio a convertirse en emprendedor

«No les pido nada. Solo que abran a tiempo todos los días y cumplan con la renta», dice Efrén González, fundador de este singular Farmers Market.

17 enero, 2022 | Por: idea180

Yolanda Hernández padece de un malestar agudo en los riñones y lo único que la alivia, asegura, es una buena infusión de palo azul, una planta medicinal que también tomaba en su natal Pachuca (México) y que solo encuentra en Azteca Farmers Market, un mercado en el este de Houston (Texas).

Hernández (36) lleva recién cuatro años en Estados Unidos. Radica en Beaumont (Texas) y viaja a Houston cada cierto tiempo en un recorrido de más de 80 millas para adquirir las hierbas que no encuentra en su localidad.

—Lo pongo en una botella de agua de un litro y coloco dos trozos de palo azul por unas dos a tres horas hasta que agarre color. Me tomo uno a dos vasos diarios. Es muy efectivo.

Yolanda Hernández, de Beaumont (Texas), en el puesto de hierbas medicinales en el Azteca Farmers Market ubicado en el este de Houston (Texas) / 📷 José Luis Castillo

Hernández trabaja como cocinera en un restaurante de comida mexicana y dice que sufre de los riñones porque ingiere muchas bebidas gaseosas a base de agua carbonatada.

También compra hojas de laurel no solo para cocinar, sino también para hacerse un té y relajarse. Dice que el estafiate es para aliviar el dolor de estómago y que a veces lleva árnica para “cualquier dolor”.

Hay uña de gato, raíz de lima, hierba de la hormiga, zarzaparrilla, eucalipto y varias decenas más de especies que aseguran curar la circulación, mejorar la fertilidad, la presión alta, la gastritis, las úlceras, las migrañas y alergias, entre otros males.

La clientela que visita Azteca Farmers Market es, en su gran mayoría, de México y Centroamérica, la cual llega en busca de frutas, verduras, legumbres verdes, guisantes, plantas decorativas, semillas, hierbas y artesanías que quizás no encuentran en otro lugar.

Van por lichas o rambután, un fruto exótico. Preguntan por unos mangos verdes en miniatura (se las comen con sal o chile rojo) y nances (también conocido como nanche, nancite o nachi), un fruto pulposo con un aroma fuerte que se siente a varios metros.

—¡Es rico en fibra. Es orgánico! —grita el vendedor.

Quizás exista un mercado así en muchas partes del país, donde se expendan productos que llegan directamente del agricultor o proveedor en lugar de terceros. Según Efrén González, dueño de Azteca Farmers Market, este mercado es único en su clase en esta región de Texas.

Hace cinco años, un grupo de comerciantes de otro mercado en Houston —a los que el propietario les exigía que pagaran más por la renta de sus locales debido a cambios específicos de remodelación— se le acercó para sugerirle que invierta y desarrolle un modelo parecido en otra zona con alta concentración de hispanos.

Después de efectuar varios análisis y consultas con una socia inversionista, decidió que construiría uno que resaltaría del resto siempre y cuando sea asequible al hispano promedio.

—Entonces, encontré este terreno de 13 acres, lo compramos y empezamos a construir.

El proyecto arrancó en diciembre de 2019 con cuatro comerciantes. Muchas de las personas que le habían prometido irse con él en cuanto abriera desistieron. Sin embargo, en los meses siguientes, Azteca Farmers Market fue creciendo y los puestos se fueron llenando poco a poco.

—Los que llegaban eran los que trabajaban allá en el otro lugar como empleados. Querían convertirse en emprendedores y así pasó. No les pido nada. Solo que abran a tiempo todos los días y cumplan con la renta.

Irma Alvarenga, de El Salvador, tiene dos puestos en Azteca Farmers Market. Con su madre decidieron probar suerte en este lugar hace dos años. Empezaron vendiendo frutas y verduras. Luego, ampliaron con plantas, maceteros, quemadores, vírgenes de yeso, artesanía y ahora ofrecen más de 20 productos, la gran mayoría importados de México.

—Lo bueno de vender varias cosas es que no estás esperanzado en que el público se va a llevar solo un producto.

Alvarenga, madre de tres hijos adultos, fue una de las primeras comerciantes que tuvo este mercado. La crisis que generó la pandemia, dice, no le afectó el negocio, como sí a otros tantos.

—Así es esto. Todos empezamos con tres cositas. Hay que arriesgarse, pero hay que echarle ganas. Si uno tiene miedo, si uno duda… no. Hay que arriesgarse.

Efrén González, copropietario de Azteca Farmers Market / 📷José Luis Castillo

Alberto Gavy, de Ciudad de México, tiene tres puestos. Uno tiene un cartel con el nombre Chilango. Por años estuvo en otro Farmers Market, pero “me la jugué aquí” porque la renta era más barata.

Gavy (que aparece en la foto de portada, arriba) vende frutas, verduras, nopales ya cortados, dulces mexicanos (gomas de mango con chile, mango con chamoy) frutas peladas y aguas frescas (de jamaica, tamarindo, guayaba, coco), entre otros productos mexicanos (obleas, huevos de chocolate, piñatas).

Al principio costó que mi clientela de años se acostumbrara a venir a este nuevo lugar. Tenía que mandar mensajes con la dirección y recordarles que estaba aquí, pero valió la pena. Ahora todo va de maravilla.

De acuerdo con González, los puestos de Azteca Farmers Market están llenos casi en un 90 por ciento y para este año abrirán un restaurante, una panadería y una paletería (heladería).

—Me dicen mis amigos que yo estoy programado de una forma muy diferente a los demás, por eso mi objetivo es dejar huella, ofrecer un producto de calidad para que lo disfrute la comunidad —sostiene González.

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